Según parra (2013) “tradicionalmente se considera que el cultivo de ahuyama requiere muy poca fertilización, dada la rusticidad para crecer en todo tipo de suelo”; sin embargo, ensayos 22 experimentales desarrollados por el programa de investigación en hortalizas de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira citados por Vallejo y Estrada (2004) afirman que se ha logrado determinar que “la planta responde positivamente al suministro de nutrientes adicionales al suelo, incrementando el peso de los frutos y con ello mejorando el rendimiento y la productividad”. Los suelos adecuados para el cultivo de ahuyama deben poseer un buen drenaje, ser bien estructurados, poseer una fertilidad media, un p. H 5,8 a 7,0 y tener buen contenido de materia orgánica (De Gracia et al. 2003; Parra, 2013). Según Vallejo y estrada (2003) la ahuyama responde bien a las aplicaciones de compost antes o al momento de la siembra en dosis de 1 a 2 kg/planta. Para poder suplir las condiciones de materia orgánica se aplicaron 2 kg de compost por sitio de siembra .
En cuanto a la demanda de nutrientes, el cultivo de ahuyama, a diferencia de otras hortalizas, requiere una moderada cantidad de nitrógeno (N) pero si una alta cantidad de Potasio (K) y fosforo (P) Sackett (citado por Menjivar, Enciso y Martínez, 2015). Vallejo y Estrada (2004), Parra (2013) y Menjivar et al. (2015) aseguran que la relación optima entre N-P-K debe mantenerse en una proporción 2:1:3. Parra (2013) es más específico y afirma que manteniendo estas proporciones el híbrido Bárbara puede llegar a tener un rendimiento de 26 t/ha. Por otro lado, Vallejo y Estrada (2004) y Menjivar et al.
(2015) aseguran que cuando existe un exceso de nitrógeno, el crecimiento vegetativo se vuelve exuberante, pero ante un desbalance por carencia de fosforo, potasio o calcio (Ca) los frutos pueden deformarse o no alcanzar el tamaño adecuado. 23 El lote en el cual se realizó el proyecto ya contaba con un análisis de suelo físico químico realizado por la Universidad Industrial de Santander (UIS) en convenio con la Gobernación de Santander.
El plan de fertilización se calculó teniendo en cuenta la disponibilidad de nutrientes y los requerimientos nutricionales de la ahuyama según lo recomendado por Parra (2013) el cual reporta una extracción de 110 kg/ha de N, 58 kg/ha de P2O5 y 156 kg/ha de K2O para logran obtener un rendimiento de 26 t/ha.
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